domingo, 11 de junio de 2017

EHME 2017


Con la misma ilusión y objetivos que el año pasado, afronté el pasado 03.06 la primera de las dos grandes previstas para este año. EHME 2017. Exigente a la vez que divertida prueba.

Esta vez llego a Leitza solo, pero bastante más tranquilo que el año pasado, sabiendo donde estaba y a qué me iba a enfrentar. Tras los ya sistemáticos rituales de preparación me acerqué al corralito. Digo acercar porque nadie realmente entró al mismo hasta que se dio el pistoletazo de salida. Una tromba de agua descomunal a falta de 5 min para salir nos animó a todos a quedarnos como sardinas en lata bajo los arkupes de la plaza.

Con puntualidad germana y como si se tratase de un descenso de canoas salimos todos rio abajo en busca del desnivel. Digo rio porque el agua que bajaba por las calles de Leitza nos llegaba literalmente hasta los tobillos.

Siguiendo el modelo de otras pruebas enseguida me quedo prácticamente el último del pelotón. No fue una decisión acertada. El mal estado del terreno sumado a toda la gente que iba por delante ralentizaron en exceso el paso por algunos tramos. Quería y podía tirar algo más pero no era posible con tanto atasco. Con paciencia y por debajo de mi nivel de confort fuimos limando los primeros y nublados km hasta llegar Gaintza, donde apenas se podía percibir la base del respetable Irumugarrieta.

Siguiendo la estrategia que me marqué al inicio de carrera de parar solo lo estrictamente necesario para llenar los depósitos, encaro el exigente y dificultoso km vertical. Desde un principio no me encontré nada cómodo, con un continuo “un paso para adelante y dos para atrás”. El barro y el ya pisoteado terreno dificultaban mucho el ascenso. Tome caminos paralelos con menos barro, pero lo que ganaba en la “no marcha atrás” lo perdía sorteando la empapada maleza.

Tras hora y media de largo ascenso y bastantes puestos perdidos llego a la cumbre para encarar sin mirar a atrás el no menos exigente y dificultoso descenso. Este tramo es sin duda el que más me ha castigado en las dos ediciones en las que he tomado parte. No tanto por su exigencia física sino por el desgaste mental que supone el haber hecho apenas 5 km en dos horas. Lo sabes de antemano, pero te cuesta aceptarlo, y más sabiendo que todavía quedan 45 largos km por delante.

Aumentando poco a poco el ritmo y ya cogiendo la posición que me permitía mantener un ritmo cómodo pero intenso para mi nivel llego a Lekunberri. La idea era no parar, pero llegue con bastante desfallecimiento y estaba convencido que 10-15 min de descanso y meter energía al cuerpo tranquilamente me iban a dar la fuerza que necesitaba para terminar el trazado.

Y así fue. Sin mirar atrás y con muy buenas sensaciones, inicio un trote continuo que solo abandonaría en los ya menos exigentes tramos de desnivel que se iban cruzando por el camino. Km a Km y bastante antes de lo que podía pensar al inicio llegue al cartel de Km 55, donde me esperaba un nuevo desfallecimiento. Esta vez lo pillo con más tiempo y le doy la vuelta rápido. Iba con un ritmo un poco por encima de mi punto, pero no considero que este fuera el motivo principal del bajón. No tengo claro que pasó, así que dejo el caso en manos del comité de expertos KKT J. El caso es que apenas perdí tiempo y esto es lo importante.

Con la niebla que nos acompañó a lo largo de toda la carrera y una fina lluvia llego al cartel de Km65, donde corroboré que el planteamiento de carrera de menos a más realizado fue el correcto.

Sobrepasando a bastantes corredores y con todavía fuerzas en las piernas, piso el asfalto de Leitza, donde la satisfacción por lo realizado no cabe en las pobladas y animadas calles que te llevan a la meta. Paseo de gloria y bandera de cuadros 11h 15’ después de la desapacible salida de la mañana. Cuarta para el carné y nuevamente ganador de mi carrera.

Carrera de menos a más, como a mí me gusta. Objetivos cumplidos y balance positivo para el nivel de cansancio arrastrado y la cantidad y calidad de entrenos que mi escaso tiempo libre me ha permitido realizar. Buenas sensaciones en general, pero como siempre queda mucho que aprender.

Un reconocimiento especial a la organización por la atención y cuidado exquisito del corredor, y la calidad en el marcado del recorrido. Un indicador objetivo de esto último es que pese a la apenas visibilidad que había en gran parte del recorrido y por primera vez en 4 ultras no me perdí J!  Se nota el nivel y más cuando el tiempo es desfavorable. Zorionak benetan denoi.

Próxima estación: G2H. A por ello!

Gora KKT.