Después de haber estado charlando con un amigo, él me comentaba que estaba cansado de tanto entrenamiento (se refería al volumen que hace falta para preparar las ultras), tantas horas de monte, de ritmos lentos, de madrugones... y que había cogido con gusto el asfalto (está preparando el maratón de Donosti). Y por supuesto que lo respeto y lo entiendo, porque muchas veces he hecho lo mismo. Y no voy a decir "de este agua no beberé" porque a lo mejor el año que viene, o el siguiente, hago lo mismo y por las mismas razones. Pero esa reflexión me ha dado qué pensar, y echando un vistazo a las fotos que tenia en el móvil de las salidas que he hecho para preparar el Trail Valle de Tena me he dado cuenta de lo afortunado que soy (o somos), porque la verdad es que con semejantes paisajes, amaneceres de ensueño, y la mejor compañia del mundo (no os pongáis celosos los que no apareceis, lo digo por tod@s), entrenar no supone ningún sacrificio. Es más, diría que en muchas ocasiones disfruto más preparando una carrera que con la carrera en sí. No sabría decir si el objetivo es la carrera o la preparación (y encima con Octavio, Novenio y compañia los planes de entrenamiento cada vez nos dan más juego), o si ha sido el cambio de chip, o que me estoy haciendo viejo... pero cada vez valoro más disfrutar del momento, y SER FELIZ (ese Doc), por encima de los resultados de las carreras. En fin, valorarlo vosotros mismos. Aquí tenéis algunas fotos que me han llevado a esta pequeña reflexión-filosofada... Soy de los que pienso que una estampa así no tiene precio (no se paga ni con madrugones, ni con sacrificio, ni con todo el oro del mundo... jeje, para algo gratis que tenemos...). ...y ya sabéis, yo voy a seguir sacrificándome!!!